¿Cuál es la situación regulatoria del cálculo de la huella de carbono en la Unión Europea?
La huella de carbono es la medida de la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos a la atmósfera como resultado de cualquier actividad humana. La huella de carbono de un individuo u organización es una métrica importante para comprender y reducir su impacto en el medio ambiente. En los últimos años, la Unión Europea (UE) ha tomado medidas importantes para abordar el problema del cambio climático. Una de las formas clave en que lo está haciendo es regulando el cálculo de la huella de carbono en la Unión Europea. En este artículo, exploraremos las obligaciones futuras del cálculo de la huella de carbono en Europa.
El compromiso de la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero está consagrado en el Acuerdo de París. El objetivo principal del Acuerdo es mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 °C, recuperando los niveles preindustriales. Para lograr este objetivo, la UE ha fijado el objetivo de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030, en comparación con los niveles de 1990. Esto requerirá un esfuerzo significativo de todos los sectores de la sociedad, incluidas las empresas y los particulares.
El objetivo principal del Acuerdo es mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 °C, recuperando los niveles preindustriales. Para ello es fundamental controlar la huella de carbono en la Unión Europea.
Una de las formas en que la UE busca alcanzar su objetivo de reducción de emisiones es mediante la introducción de una serie de regulaciones destinadas a alentar a las empresas a reducir su huella de carbono. Estas regulaciones incluyen:
- El Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (ETS). Establece un límite a la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero que pueden producir ciertas industrias
- La Regulación de Reparto de Esfuerzo (ESR). Establece objetivos nacionales para reducir las emisiones en sectores no cubiertos por el ETS, como el transporte y la agricultura.
Además de estas regulaciones, en la actualidad la UE ya está tomando medidas para alentar a las empresas a calcular su huella de carbono. Una de esas iniciativas es el Carbon Disclosure Project (CDP), que pide a las empresas que divulguen voluntariamente sus datos de emisiones de carbono. El CDP proporciona un marco estandarizado para que las empresas informen sus emisiones de carbono, lo que puede ayudarlas a identificar áreas en las que pueden reducir su impacto en el medio ambiente.
Sin embargo, la UE está buscando ir más allá en un futuro próximo introduciendo requisitos obligatorios de informes de huella de carbono. De acuerdo con la propuesta de Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), todas las grandes empresas de la UE estarán obligadas a informar sobre su desempeño en sostenibilidad, incluida su huella de carbono. Esto facilitaría a los inversores y otras partes interesadas comparar el impacto ambiental de diferentes empresas. De este modo, alentarían a las empresas a tomar medidas para reducir su huella de carbono.
De acuerdo con la propuesta de Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), todas las grandes empresas de la UE estarán obligadas a informar sobre su desempeño en sostenibilidad, incluida su huella de carbono.
La propuesta del CSRD entró en vigor el 5 de enero de 2023 y obliga a las grandes empresas de +500 empleados ya sujetas a la directiva de información no financiera (NFRD) a incluir la huella de carbono en el informe a presentar en 2025. Este informe incluiría las emisiones realizadas a partir del 1 de enero de 2024. Posteriormente, grandes empresas de menor tamaño o no sujetas a la directiva de información no financiera (NFRD) se verían afectadas en 2026.
Una vez aprobado el CSRD, las empresas deben informar de su huella de carbono en sus informes financieros anuales. De todos modos, cada estado miembro también legislará en consonancia con lo que la Unión Europea proponga, dentro de sus ámbitos de competencia.
Cabe esperar que las obligaciones futuras del cálculo de la huella de carbono en Europa sean más estrictas y de ámbito general en los próximos años. El compromiso de la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero significa que las empresas se enfrentarán a una presión cada vez mayor para calcular y reducir su huella de carbono.
Por otra parte, hay otros beneficios adicionales a la protección del medioambiente para las empresas que realizan el cálculo de la huella de carbono. Adoptar un enfoque proactivo ayuda a las empresas a beneficiarse de una mejor reputación, una mayor confianza de los inversores y de ciertas ventajas fiscales.
¿Quieres realizar el cálculo de la huella de carbono? Nordiik puede ayudarte, ¡contáctanos!