La ECHA apoya a Montenegro y Serbia en la adaptación a los reglamentos sobre productos químicos de la UE
Un estudio ha evaluado las lagunas y las necesidades para aplicar la legislación de la UE sobre productos químicos en Serbia y Montenegro. Del mismo modo, propone planes de acción nacionales sobre cómo avanzar en esa dirección.
La ECHA apoya a Montenegro y Serbia a desarrollar estrategias para esta adaptación antes de unirse a la UE. Por eso, durante los últimos 10 años, Montenegro y Serbia han trabajado para alinear su marco legal de gestión de productos químicos y el de la UE. La ECHA ha apoyado este trabajo desde 2011. Según un nuevo estudio encargado por la ECHA, ambos países necesitan apoyo específico para ayudarlos a implementar las leyes de la UE sobre productos químicos.
Los principales desafíos radican en los recursos financieros, humanos y de IT actualmente disponibles ya que son ciertamente limitados. Estos recursos deberían servir para que los países en vías de adhesión implementen y hagan cumplir las regulaciones REACH, CLP, BPR y PIC.
El estudio recomienda fortalecer la capacidad administrativa de las autoridades nacionales, garantizar suficientes recursos financieros para implementar y hacer cumplir la legislación, facilitar la cooperación con el mundo académico y aumentar las actividades de comunicación y la capacidad de IT.
Los planes nacionales describen varias acciones para Montenegro y Serbia, así como para los Estados miembros de la UE y la ECHA antes de una futura adhesión. La ECHA está dispuesta a seguir apoyando a los países mediante la formación y el desarrollo de capacidades sobre evaluación de riesgos, seguridad y herramientas de IT.
Bjorn Hansen, director ejecutivo de la ECHA, ha dicho: “Damos la bienvenida a las medidas adoptadas por Montenegro y Serbia hasta ahora. Estamos ansiosos por ayudarlos en el camino hacia la adopción de los reglamentos sobre productos químicos de la UE. Esto respalda los objetivos de la Estrategia de Sustancias Químicas para la Sostenibilidad. Estas medidas son la transición a una economía circular y libre de tóxicos, y la gestión de las sustancias químicas de forma segura a lo largo de su ciclo de vida».
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Fuente: Chemical Watch